En esta entrada, hablamos acerca de si con los videojuegos los niños aprenden o no, que beneficios y que prejuicios presentan, reflexionaré tanto del vídeo “No me molestes, mamá, estoy aprendiendo. (Redes)” como del interesante debate que se realizó en clase, en el que todos nos hicimos partícipes de él.
El vídeo que he mencionado antes es el siguiente:
Es hora de que dejemos de pensar eso. Se opina que los videojuegos tienen más prejuicios que beneficios, pero esto no es verdad, Marc Prensky, especialista en videojuegos y aprendizaje afirma que “los beneficios son muchos y los prejuicios escasos”. Prensky en este vídeo nos relata que se realizó una investigación en la que se demostró que personas de 30 a 40 años que habían crecido o habían practicado en abundancia el mundo de los videojuegos son mejores en su profesión, son mejores médicos, músicos, constructores….
Pienso que todo videojuego tiene un valor educativo, con ellos aprendemos a desarrollar competencias como la emocional, el trabajar o cooperar en grupo, la resolución de conflictos o problemas, superación personal y retos, luchar por lo que quieres… Estos son sólo algunos de los beneficios. Pero por otro lado, también existe algún que otro riesgo o prejuicio, como por ejemplo el individuo que juega en abundancia a un determinado videojuego puede que llegue a distorsionar la realidad, es decir, a no saber diferenciar lo ficticio que nos proporciona el videojuego de lo real, el mundo en el que vivimos, o también pueden afectar al proceso de socialización, no en sí, porque incluso en algunos videojuegos, te comunicas con personas de otro país, amigos, gente nueva…pero el contacto físico, visual, con otras personas se aleja.
Existen videojuegos para todo tipo de consumidor, es decir, puedes elegir el juego que quieras (lucha, aventura, fútbol, coches…). Al haber gran variedad, hace que el número de sujetos que juegan sea mayor.
Desde mi punto de vista, los videojuegos “nos entran por los ojos”, es decir, la imagen capta mucho la atención. Los videojuegos como todo, evolucionan, cada vez son más reales con lo que nos introducimos más fácilmente en ese mundo imaginario y fantástico lleno de retos, los cuales si los superas, te dan algo a cambio. Esto nos motiva, nos anima a seguir jugando, a seguir explorando, a seguir pensando cómo puedo superar el reto que me proponen, mucha veces de tal manera, que llegamos a un momento determinado en el que solo pensamos en jugar, y en superar más y más retos.
Algo muy bueno que tienen los videojuegos y no la escuela, es que los videojuegos tienen un “límite” de error muy amplio. En cambio, la escuela, el límite que posee es muy restringido y el cometer errores hace que padres y maestros riñan a dicho niño o niña.
Como dice Marc Prensky, creo que los videojuegos tienen más beneficios que prejuicios, como los que ya he mencionado antes, y que a través de ese mundo ficticio, irreal, fantástico e imaginario podemos aprender diversas cosas.
Con todo ello quiero decir, que el mundo de los videojuegos es interesante y bueno para todo tipo de personas (niños, adolescentes, padres…), en el incrementamos el nivel de las competencias, puesto que tienen un enorme grado de motivación en nosotros, pero debemos hacerlo siempre con un margen, aunque sea muy pequeño.
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